Un grupo de entusiastas exalumnos se reunieron el viernes 15 de marzo para festejar el 50º aniversario de su ingreso a primer año, en el ciclo lectivo 1969.
Durante horas volvieron a ser chicas y chicos risueños, buscando espacios comunes compartidos, mirándose cómplices en los ojos de sus entonces compañeros de banco y de docentes a los que invitaron para compartir este momento: Juan Manuel Gallego (Educación Física) y Raúl Maddio (Contabilidad). Con ellos también dialogaron y se reunieron en abrazos contenedores, algunos emocionados hasta las lágrimas por el reencuentro.
En sus charlas, que incluyeron fragmentos de sus vidas luego del egreso, muchos comentaron la rápida inserción laboral y los logros alcanzados en sus desempeños profesionales gracias a la formación obtenida en la escuela Martín Zapata.
Palabras con profundo sentido de pertenencia
Antes de arriar la bandera, leyeron a los presentes unas palabras, escritas por ellos, sobre lo que significó la posibilidad de reunirse. Compartimos el mensaje:
Juntata Zapatera "¡¿Ya 50 Años?!"
En estos días se están cumpliendo 50 años del momento en que un gran grupo de chicos y chicas, recientes ingresantes a esta Escuela, comenzaban a transitar 5 años que marcarían de manera dramática su vida. Un puñado de ellos están hoy aquí para recordar y homenajear ese momento.
Cuando ese día escuchamos aquel vozarrón saludando: "Escuela de Comercio Martín Zapata... ¡Buenos días!" Y el grito colectivo respondiendo: "Buenos días Señor Vicedirector", sentimos que algo cambiaba para siempre en nuestra vida.
"El Viejo Fontes" (cualquiera con más de 30 años es viejo o vieja para esa edad), y su forma de hablar vociferando no podían disfrazar su inmensa calidez humana que nos acompañó todos esos años. Años en los que se cimentaron profundas relaciones de compañerismo, de amistad (casi de hermandad), relaciones de pareja (algunas que terminaron bien, otras... siguen juntos hasta ahora).Hubo momentos buenos y momentos malos, buenas y malas experiencias. Pero todas necesarias, imprescindibles para forjar nuestro carácter, para ser lo que somos hoy.
Y aquellos uniformes que nos cubrieron en ese entonces, con el tiempo se fueron deteriorando, arrugando, agrandándose, destiñéndose. Bueno, algunos destiñéndose, en otros casos, se tiñeron, o desaparecieron (como puede verse al observar nuestras cabezas). Porque este cuerpo que hoy tenemos, no deja de ser una coraza que cubre a esa esencia que verdaderamente somos. Y esa esencia hoy, al volver aquí, vuelve a vibrar con la emoción y la expectativa de aquellos días.
Tal vez hemos vuelto a ver si podemos "hacernos una sincola" o una guerra de tizas, a rogar que no nos llamarán a lección cuando veníamos "a poncho"... en fin revivir alguno de los miles de momentos que vivimos en nuestro querido Martín Zapata.
La vida es solo una sucesión de momentos y el que estamos viviendo ahora nos llena el alma como pocos.
Sra. directora, autoridades, alumnos, muchas gracias por abrirnos la puerta de esta casa, que seguimos sintiendo como nuestra.
Queridos profesores, preceptores, compañeros de ayer y de siempre: Muchas gracias por estar compartiendo este momento... ¡50 años después!
Como parte de la visita, compartieron junto a los estudiantes del turno tarde el arriamiento de las banderas nacional y provincial y recibieron el aplauso respetuoso y emocionado de todos los presentes.
Nestor Avalle compartió la siguiente reflexión: "Bastan poco más de 40 voluntades para crear un momento mágico, irrepetible! Cincuenta años de nuestro ingreso al Martín Zapata fue el motivo. Los encuentros y reencuentros con compañeros y compañeras, profesores y las anécdotas y recuerdos que no dejaban de brotar. Arriar la bandera, recorrer el patio, entrar al aulas y escuchar a Raúl Maddio, nuestro querido profesor de 4° año, fue una experiencia a prueba de corazones fuertes. Momentos que te llenan el alma y te vuelven agradecido con la vida!"
La Escuela agradece al grupo de ingresantes 1969 por la visita y el por el emocionante sentido de pertenencia que manifiestan en sus palabras y acciones, porque SON y SERÁN siempre parte del Martín Zapata.
A ellos y a todos nuestros egresados queremos decirles:
Las puertas de la Comunidad del León siempre estarán abiertas para ustedes, es una alegría inmensa volver a verlos, que las risas y abrazos de ustedes llenen nuestros espacios escolares y espirituales.
No importan las fechas exactas, no importan los números redondos, siempre serán bienvenidos porque SIEMPRE es hermoso encontrarse con los recuerdos que los hicieron y nos hicieron felices.