FUNDAMENTACIÓN DE LA ORIENTACIÓN
Las definiciones curriculares para la Educación Secundaria Orientada en Ciencias Sociales y Humanidades de la UNCuyo, se establecen considerando los Marcos de Referencia aprobados por el Consejo Federal de Educación en Resolución: CFE N° 142/11. La resolución plantea que constituye una propuesta educativa que ofrece a los estudiantes la posibilidad de ampliar, complejizar y problematizar sus conocimientos sobre aspectos culturales, políticos, económicos y ambientales de diferentes sociedades del pasado y el presente, con particular énfasis en las latinoamericanas y argentina contemporáneas. Promueve además, el desarrollo de una actitud de interrogación, la reflexión crítica y la participación en acciones transformadoras comprometidas con la democracia y la defensa de los Derechos Humanos.
La propuesta curricular de la orientación considera y garantiza:
- una concepción del conocimiento científico como provisorio y no neutral
- la construcción del pensamiento social crítico un pensamiento que examina sus propios instrumentos, facultades o medios para conocer la realidad, sin aceptar pasivamente lo transmitido, revisando las condiciones históricas y sociales de la producción de diferentes ideas y representaciones establecidas.
- una percepción de la sociedad de manera integrada, como una totalidad compleja y conflictiva, en la que las prácticas transformadoras dinamizan su devenir
- una visión de los conflictos como partes constitutivas de la vida en sociedad
La formación en la Orientación en Ciencias Sociales y Humanidades propiciará el análisis y las explicaciones multicausales de procesos, acontecimientos y problemáticas sociales. Brindará además la posibilidad de conocer diferentes lecturas y visiones que filósofos, sociólogos, antropólogos, historiadores, geógrafos y otros investigadores, en la búsqueda de interpretar una sociedad o alguno de sus rasgos, producen dentro del campo de las Ciencias Sociales y las Humanidades.
Constituye un espacio de intervención donde el estudiante resignifica su rol de actor social, sujeto y promotor de prácticas sociales y políticas, comprometidas con la justicia y la equidad, portador y heredero de la transmisión cultural; con capacidades para posicionarse de un modo crítico y solidario ante los desafíos que plantea la agenda contemporánea.