En este artículo queremos recordar y rescatar testimonios actuales e históricos acerca de la fecha que conmemora las luchas de los y las trabajadoras. Revisitaremos algunos de los sentidos individuales y colectivos, testimoniales y fotográficos para reflexionar sobre la importancia de esta fecha, sus significados y los modos de ser trabajador/a en el contexto actual.
Trabajadoras y trabajadores de hoy, de siempre
El primero de mayo es el día de los y las trabajadoras. Muchos pueden rememorar sus luchas, sus triunfos que sostienen la base de los derechos laborales y también sus derrotas, las que pesan en el desfondamiento de esos mismos derechos que hoy se desconocen desde la informalidad o precariedad laboral. Tener obra social, seguros que cubran la vejez cuando ya no hay fuerzas suficientes para seguir en actividad, derecho al estudio o la formación, a organizarse y demandar mejores condiciones laborales y también al descanso reparador, parecen hoy anécdotas de un pasado olvidado. En función de recordar los múltiples sentidos que nos hacen trabajadores y trabajadoras en este día que también es descanso, fiesta y lucha les dejamos algunas semblanzas para rememorar, volver memoria a los primero de mayo.
En la historia del movimiento obrero
Desde 1885, una serie de huelgas, protestas y movilizaciones que reclamaban la jornada laboral de 8 horas, sacudían distintas ciudades de Estados Unidos. El 1° de mayo de 1886 se produjo una masiva huelga en la que participaron gran cantidad de trabajadores y trabajadoras, bajo la consigna “8 horas de trabajo, 8 de descanso y 8 de ocio”. En Chicago la jornada fue particularmente masiva, miles de obreros y obreras se enfrentaron a la policía que los/as reprimió ferozmente, muchos fueron encarcelados. Ocho trabajadores que formaban parte de la organización de la huelga fueron condenados por tal hecho. Cinco de ellos fueron condenados a morir en la horca en 1887. En 1889, la Segunda Internacional de Trabajadores decidió honrar a los “mártires de Chicago” con una jornada de lucha, un día en que los trabajadores no irían a trabajar y reclamarían condiciones de vida y de trabajo dignas. Desde entonces, el 1 de mayo quedó establecido como día internacional de las y los trabajadores.
¿Qué pasaba por estas tierras?
En Argentina se conmemoró por primera vez en 1890, cuando el Club Vorwarts ( creado por socialistas de origen alemán), organizó una jornada el 1° de mayo de ese año. En el panfleto que circuló entonces se hablaba de un día de “fiesta obrera universal”. Desde entonces el ritual se revivía cada 1 de mayo. Era común ver banderas rojas (socialistas), rojas y negras (anarquistas) en las calles ese día, reivindicando el carácter internacional de la lucha obrera. Con el tiempo aparecieron algunas banderas celestes y blancas que se sumaron a las de los socialistas. A mediados de la década del 40, la presencia del peronismo fue mayoritaria. El ritual fue mutando, aunque no abandonó del todo aquella impronta, con sus símbolos, consignas, emotividad, convivieron y conviven en la actualidad. El 1 de mayo es jornada de lucha, visibilizando reclamos de las y los trabajadores, es un día de encuentro, baile y festejo, lo que también se celebra.
¿Quiénes son las y los trabajadores?
En las sociedades actuales no se puede vivir sin trabajar. Lo que ha sucedido es que los trabajos han trascendido por mucho al empleo asalariado. Por una parte, porque este tipo de empleo se disfraza para no contemplar los derechos laborales bajo el nombre de monotributistas, facturados, pasantes, residentes, concurrentes y todo tipo de formas que evaden responsabilidades previsionales y jubilatorias, entre otras. Existen trabajos esenciales, como el de cuidado y reproductivo doméstico, que son vitales para que la población se sostenga. Estos históricamente fueron negados e invisibilizados: ni siquiera se percibían como tales hasta que las mujeres pusieron en la plaza pública sus demandas de reconocimiento, que puede sintetizarse en la frase ‘no es amor, es trabajo’. Como tercera forma, podemos decir que la destrucción de fuentes de trabajo por el capital es la que ha llevado a una masa muy grande de población al pauperismo. Nadie elige ser pobre y no tener trabajo. Sin embargo, este sector social es percibido como ‘los sin trabajo’, cuya sobrevivencia depende del estado. Estos grupos se han organizado para poder subsistir con otras formas de producción y consumo a través de la economía social y/o popular. Finalmente, encontramos a una enorme cantidad de trabajadores y trabajadoras de la cultura, que no son percibidos como tales. Se trata de músicos, bailarines, artistas plásticos y un largo etc. que sobreviven en las fronteras de la informalidad y la carencia de empleo, siempre en la búsqueda de reconocimiento social, cultural y económico. En todas estas ‘personificaciones’ del trabajo queremos nombrar y reconocer a todos/as los/las que viven del trabajo en este 1 de mayo.
Voces de trabajadores y trabajadoras
En la web de Unidiversidad se comparten voces de trabajadores y trabajadoras de distintos sectores que compartieron sus testimonios sobre esta fecha. Por un lado, una entrevista con Nora -docente jubilada-, Esther -Cooperativa La Terre-, y Ninfa -campesina-. Por el otro lado, podés escuchar la voz de Mario -técnico en sonido-, Miriam -trabajadora doméstica remunerada-, y Emanuel -delivery de Pedidos Ya-