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"Las habilidades emocionales serán cruciales porque diferencian a los humanos de las máquinas"

Así lo expresó Andrea Renda, investigador italiano que participó de un encuentro sobre IA en el país. Dijo que las carreras del futuro serán las humanísticas y que es necesario repensar la educación, para enseñar a ser críticos.

19 de abril de 2023, 19:38.

imagen "Las habilidades emocionales serán cruciales porque diferencian a los humanos de las máquinas"

Convencido de que la inteligencia artificial puede ser "una maravillosa oportunidad de reformularlo todo", el investigador italiano Andrea Renda —jefe de un área estratégica del Centro Europeo de Estudios Políticos (CEPS)— aseguró a Télam-Confiar que "más que habilidades técnicas, debemos enseñar y aprender habilidades sociales y emocionales, porque son lo que nos diferencia de las máquinas".

Andrea Renda es investigador senior y jefe de Gobernanza Global, Regulación, Innovación y Economía Digital (GRID) del Centro Europeo de Estudios Políticos (CEPS). Es profesor adjunto de Política Digital en el Instituto Universitario Europeo, en Florencia (Italia), donde imparte cursos sobre Regulación de Tecnologías Emergentes; Política de Inteligencia Artificial (IA); Plataformas e Identidad Digital; y dirige proyectos de investigación sobre digitalización y el futuro del trabajo.

Estuvo en Buenos Aires participando como orador del Seminario Internacional sobre Inteligencia Artificial, un evento organizado por la Delegación de la Unión Europea, el Team Europe (20 embajadas de los estados miembros) y la Cancillería argentina. Y antes de regresar a Italia, dialogó con Télam Confiar sobre los retos que ya están planteando los sistemas de Inteligencia Artificial en la educación, el trabajo y la economía.

Un sistema que no analiza ni discrimina

¿Deberíamos estar preocupados quienes, como en el caso de los periodistas, ejercemos tareas que requieren una calificación intelectual media, frente al avance del ChatGPT que podría escribir esta nota en segundos?

Hoy, el ChatGPT no puede sustituir a todos los periodistas, o a todas sus tareas. Sólo a aquellas más repetitivas y de información más dura, como los reportes de la bolsa de valores, las cifras de exportaciones de granos, de ventas de automóviles o inmuebles, aquellas informaciones que tienen siempre un mismo esquema y lo único que cambian son los números. Pero para hacer un análisis de estos datos y elaborar informes más profundos aún se requieren personas que piensen y puedan darle un contexto a la información.

Lo cierto es que los sistemas de inteligencia artificial todavía no pueden discriminar entre información falsa, tergiversada, o verdadera. Actualmente los expertos de Google trabajan en el sistema BARD, entrenando al sistema para que pueda tener juicios de valor sobre las informaciones. Pero es algo experimental y no es de código abierto.

En ese punto, ¿dejaremos las tareas más creativas a cargo de la inteligencia artificial y las personas deberemos resignarnos a entrenar y corregir a los robots que luego se quedarán con nuestros empleos?

Esa visión parte de la idea de una inteligencia artificial pura, cuando en realidad la IA requiere mucho trabajo humano. Cuando vas a una tienda digital en Buenos Aires o en Bruselas sin vendedores ni cajeros, crees que nadie está trabajando allí. Pero en realidad hay cientos de personas, incluso miles, en Buenos Aires, Jakarta o Antananarivo (capital de Madagascar) entrenando ese algoritmo; una tarea repetitiva, mal remunerada y de corto plazo. Esos empleos no tienen nada que ver con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, porque no es trabajo digno ni inclusivo. Hemos llegado a un punto en el que la humanidad debe decidir si la inteligencia artificial será un fin en sí misma, o un medio para alcanzar una mejor calidad de vida para las personas.

Repensar la idea del trabajo

¿Cómo creamos nuevo empleo de calidad, una vez que la inteligencia artificial se va ocupando de cada vez más tareas?

Ese es uno de los grandes desafíos del tiempo presente. Creo que, pese a los riesgos, estamos frente a una maravillosa oportunidad de reformularlo todo. Debemos repensar la idea misma de trabajo. Porque la inteligencia artificial asumirá muchas de las tareas por las que hoy somos remuneradas las personas. Y eso puede liberar nuestro tiempo para compartirlo con nuestra familia y amigos, ocuparnos de las cosas que realmente importan como cuidar nuestros hogares, cocinar y alimentarnos bien, cuidar a nuestros hijos y mayores, y ser realmente creativos en las artes. Todo eso que el mercado no remunera y que nosotros no podemos hacer por salir a trabajar para el mercado. Hoy se habla del work life balance (balance de vida personal y laboral) y del life training, que significa que no va a haber una etapa de aprendizaje y escolarización cuando somos jóvenes, sino que deberemos entrenarnos y recapacitarnos a lo largo de toda la vida.

¿Y de qué viviríamos? ¿Del Ingreso Básico Universal?

Necesitamos diseñar un sistema de welfare (bienestar) donde podamos trabajar menos, de forma digna, y remunerar las tareas domésticas y de cuidado. El ingreso básico universal es algo que en muchos países se está debatiendo e implementando. Pero encierra a su vez todo un desafío en cuanto a la distribución y al control. En Italia lo tenemos para personas desempleadas o de bajos ingresos y es probable que con el nuevo gobierno (N de la R: a cargo de la primer ministra derechista Giorgia Meloni desde octubre del 22) se acabe. Mucha gente recibe el ingreso universal por un lado, y por el otro mantiene un trabajo informal por el que percibe otro ingreso. Controlar esto requiere de una burocracia y sistemas de información que invaden en cierto punto la privacidad de las personas.

Carreras y trabajos del futuro

¿Cuáles serían los trabajos y las carreras del futuro?

Hoy están en auge las carreras STEM (Ciencias, Tecnologías, Ingenierías y Matemáticas), pero más allá de las especializaciones —en las que siempre un algoritmo será más veloz y preciso que las personas—, se requieren profesionales generalistas, capaces de conectar puntos, abstraer y tener una visión multidisciplinaria. Es algo así como volver al Renacimiento. Luego de décadas de auge de los economistas, las carreras más importantes serán las humanísticas y del comportamiento social, como la antropología, la psicología y la sociología, porque estudiarán el impacto de los grandes cambios tecnológicos y del ecosistema en los grupos humanos.

¿Cómo debemos repensar la educación?

Sin duda, habrá que replantearla y darla vuelta. La educación es fundamental para tener ciudadanos activos e involucrados. Para esto, hay que enseñar a pensar y a ser críticos, a discernir y valorar la información que recibimos. Y como dije antes, no será algo que ocurra en una etapa, sino que deberá acompañarnos a lo largo de la vida. En cuanto a los contenidos, más que habilidades técnicas, debemos enseñar y aprender habilidades sociales y emocionales, porque son lo que nos diferencia de las máquinas.

Fuente: Por Gabriela Ensinck de la Red Argentina de Periodismo Científico /Télam, Confiar


 

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